No está claro si Deyab pretende quedarse en Sudáfrica o trasladarse a otra nación.
En octubre, Deyab levantó la medida de huelga de hambre que sostuvo 68 días en reclamo de ser reasentado en un país musulmán y reunificarse con su familia.
El 5 de octubre, Deyab presentó un petitorio de nueve puntos al Gobierno, incluyendo el pedido de cuatro cartas dirigidas a Líbano, Qatar, Turquía y Venezuela, en las que las autoridades explicitaran que el hombre no tiene ningún impedimento para salir de territorio uruguayo.
Dos días después, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, sostuvo en una rueda de prensa que el Gobierno continuaba realizando gestiones para obtener un país musulmán o árabe que aceptara acoger a Deyab y a su familia, pero que no tenía hasta el momento una respuesta afirmativa.
Con problemas graves de salud, el hombre no logró adaptarse y tampoco pudo reencontrarse con su familia, tal como se le había prometido, pese a repetidos e infructuosos intentos.
A inicios de junio de este año salió de Uruguay para aparecer a fines de julio en el consulado uruguayo en Caracas, pidiendo ayuda para viajar a Turquía a reencontrarse con su esposa y sus tres hijos e insistiendo en que no quería volver a vivir en este país sudamericano, donde tiene estatus de refugiado.
El Gobierno venezolano lo mantuvo detenido un mes y lo deportó hacia Uruguay el 29 de agosto.