Barry Bennell, de 62 años, se enfrenta a ochos delitos por "agresión sexual", "incitación a cometer un acto gravemente impúdico" y "asalto con intención de sodomía".
"El señor Bennell, de 62 años, ha sido acusado hoy (29 noviembre) de ocho agresiones sexuales contra un niño menor de catorce años", difundió el Servicio Fiscal (CPS, en sus siglas en inglés).
La mayoría de víctimas eran chavales que jugaban a fútbol en clubs donde Bennell trabajaba como entrenador del equipo juvenil o como ojeador de futuros talentos.
La apertura de un nuevo proceso judicial contra el convicto pederasta es un paso más en un escándalo que se está extendiendo por todos los escalafones del fútbol inglés desde hace dos semanas.
Más de veinte exjugadores han renunciado al establecido privilegio de anonimidad para desvelar en público que fueron sexualmente agredidos por sus entrenadores juveniles.
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El presidente de la federación inglesa de fútbol Greg Clarke, ha admitido en televisión que se trata de la "mayor crisis que recuerdo en la FA".
Siete fuerzas regionales de policía han abierto pesquisas en respuesta a denuncias y alegaciones registradas en los últimos días.
Una línea telefónica confidencial, montada por una ONG en protección de niños en cooperación con la FA, ha recibido más de 200 llamadas en casi una semana.