"Para nosotros, como productores de coca, es una satisfacción y nos ayudará a impulsar la industrialización de la hoja", dijo Veizaga en referencia al reciente acuerdo que firmaron Bolivia y Ecuador para comercializar productos elaborados en base a esta planta.
El diputado representa a los productores de coca de los Yungas del departamento de La Paz (noroeste), una de las regiones de cultivo tradicional de esa planta.
También explicó que el proceso de industrialización de la coca depende de una nueva ley que definirá la cantidad de cultivos legales de coca para destinar una parte de la producción a la industrialización.
Los productores bolivianos de esta planta esperan que se legalicen al menos unas 20.000 hectáreas de cultivos de coca, de los cuales 5.000 servirían para elaborar productos derivados.
"Aún tenemos que ponernos de acuerdo", dijo el legislador al referirse a la controversia que persiste entre los productores de los Yungas de La Paz que se resisten a fijar límites para sus cultivos y los cocaleros del trópico de Cochabamaba (centro) donde el límite es de 1.600 metros cuadrados por familia.
El lunes el canciller David Choquehuanca y su homólogo ecuatoriano Guillaume Long firmaron un convenio en La Paz que viabilizará la exportación de derivados de la coca al mercado de Ecuador.
"La hoja de coca necesita ser conocida en el mundo por sus cualidades alimenticias y medicinales. Hay empresas en el Ecuador y en Bolivia que ya tienen grandes avances, lo que faltaba es este instrumento para que Bolivia pueda exportar", declaró el jefe de la diplomacia en oportunidad de la firma del acuerdo.
De acuerdo con el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en 2015 los cultivos de coca llegaron a 20.200 y representaron el 0,8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia.