Era la tercera vez que Crivella se presentaba candidato a ocupar la alcaldía de la ciudad, tras 2004, cuando quedó en segundo lugar, y en 2008, cuando quedó en tercera posición.
En el primer turno Crivella obtuvo el 27,7% de los votos —842.201—, mientras que Freixo recibió 534.424, el 18,2% del total.
La ciudad tiene en total casi cinco millones de electores, por lo que la abstención fue muy alta, ya que tan solo 2,7 millones de cariocas confiaron en alguno de los dos candidatos que pasaron al segundo turno.
El hasta ahora alcalde Eduardo Paes intentó posicionar a su delfín Pedro Paulo pero no tuvo éxito y ni siquiera consiguió pasar al segundo turno.
La campaña electoral que enfrentó a Crivella y Freixo estuvo marcada por duros enfrentamientos entre ambos y varias polémicas que afectaron al actual alcalde.
La revista "Veja" desveló que en 1990 fue detenido y fichado por la policía por invadir una propiedad privada; Crivella respondió a las acusaciones dando diferentes versiones de lo sucedido.
También salieron a la luz fragmentos de un libro que publicó tras su etapa de misionero en África en el que vertía opiniones que fueron calificadas de homófobas, racistas y misóginas.
El nuevo alcalde defendió en todo momento que no iba a mezclar política con religión, pero sus detractores desconfían de sus palabras y aseguran que trabaja en un plan para colocar a la vertiente más radical de la iglesia evangélica en el poder.
Su rival, Freixo, intentó sacar partido de las polémicas pero no consiguió romper el fuerte apoyo que Crivella tiene entre las clases populares, los menos instruidos y en los suburbios de la zona norte y oeste.
El granero electoral de Freixo, en cambio, está en los jóvenes, las clases medias y las zonas acomodadas del centro y zona sur, en comparación menos pobladas que el resto de la ciudad.