A pesar de que Putin suspendió su visita a Paris, todos los bandos políticos de Francia comparten la convicción de que es esencial dialogar con el presidente ruso.
Método Hollande
En sus conversaciones con Putin, Hollande mantiene una posición firme y algo agresiva. Así, discutiendo la situación y la correlación de fuerzas en Siria, el mandatario francés destacó que calificaba de "ilegitimo" el gobierno de Asad y rechazó reconocer la complicidad de la oposición moderada con el terrorismo.
Método Sarkozy
No obstante, Slate describe otra conversación entre dos líderes en la cumbre de G-20 en la ciudad alemana de Heiligendamm durante la cual Sarkozy destacó las violaciones de los derechos humanos por parte del presidente ruso y las numerosas muertes en Chechenia. Al recibir una respuesta fuerte de Putin sobre las diferencias de tamaño entre sus países, el líder francés parecía distanciado y tan "aturdido", que los medios no tardaron en notar que "debería haber bebido algo más que agua".
De esta manera, concluye la revista, los resultados de las negociaciones acerca de cualquier conflicto regional —sea Georgia, Siria o Crimea— sugieren solo una conclusión: Putin nunca rechaza dialogar pero siempre promueve los intereses de su país y sale ganando.