El motín estalló durante el horario de visitas, y unos 100 familiares de los reclusos resultaron retenidos como rehenes.
Siete de los muertos fueron decapitados, otros seis cadáveres fueron quemados, según las informaciones.
El diario Folha de Boa Vista señala que los disturbios comenzaron tras una pelea entre los miembros de dos grupos de narcotráfico rivales, uno de Río de Janeiro y el otro, de Sao Paulo.
Las autoridades de Roraima enviaron a la penitenciaria un destacamento de policía antidisturbios que entró en la cárcel y logró liberar a los rehenes, mujeres en su mayoría.