Fuentes militares comunicaron a Sputnik que los agentes de seguridad de un control de paso cerca de la capital siria detuvieron recientemente un camión, dentro del cual había una vaca inerte.
El conductor les pareció bastante sospechoso, de modo que, tras inspeccionar el vehículo, decidieron rajar el vientre del animal para averiguar qué portaba en su interior.
La intuición de los soldados era la correcta: en las entrañas de la vaca se toparon con docenas de envoltorios con municiones que los yihadistas trasladaban de la localidad de Daraa a la de Damasco.
Solo en el estómago de la res, los militares sirios hallaron más de 10 paquetes herméticos repletos de proyectiles. Toda esa carga oculta estaba destinaba a abastecer a los terroristas, asediados por el Ejército sirio en varias zonas de la provincia de Damasco.