Actualmente, el petróleo importado desde el país caribeño equivale a un 1,8% del total del crudo importado para España, cuando hace sólo 10 años eran alrededor de cuatro millones de toneladas, un 8% del total y uno de los principales proveedores.
"Fuentes del sector petrolero vinculan la brusca caída a la pérdida de competitividad de Venezuela en un mercado global y cada vez más agresivo por el auge de nuevas técnicas como el fracking, que se traduce en una reducción de los contratos firmados entre las petroleras y el país para buscar otras vías de aprovisionamiento", señala el diario El Mundo.
En el caso español, petroleras como Repsol o Cepsa se apresuraron a firmar contratos con el país persa para conseguir un crudo de alta calidad.
En los siete primeros meses del año llegaron a España 1,1 millones de toneladas de petróleo iraní, casi el doble que el procedente de Venezuela.
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El país elevó su cuota hasta el 3%, pero todavía se mantiene lejos de otros grandes productores como México, Rusia o Arabia Saudí.