"El primer ministro, Prayuth Chan-ocha, ordenó esta mañana reforzar las medidas de seguridad en ciudades y lugares concurridos. Se presta atención especial a las zonas turísticas, hoteles, mercados", dijo en un discurso transmitido por todas las cadenas televisivas del país.
Dos explosiones se produjeron en la provincia de Phang Nga en el sur de Tailandia, otras tantas en la ciudad de Surat Thani, en el sur del país, dos en la isla de Phuket y dos en la ciudad de Hua Hin.
La tarde del jueves Hua Hin ya sufrió otras dos explosiones que causaron al menos un muerto y una veintena de heridos, entre ellos diez extranjeros. Las autoridades de Tailandia informaron que entre los extranjeros no hay rusos.
Una fuente en la Dirección Nacional de la Policía tailandesa comunicó a RIA Novosti que las explosiones podían haber sido perpetradas por los separatistas islamistas del sur del país.
"Los primeros resultados de la investigación sugieren que las explosiones fueron preparadas por los radicales islamistas que operan en el extremo sur de Tailandia, en las provincias de Narathiwat, Yala y Pattani", dijo.
Comentó además que la manera de realizar explosiones una tras otra (la segunda para dañar a agentes de seguridad que llegan a investigar la primera explosión), detonadores a distancia en forma de un teléfono móvil y el material de los explosivos, son las señales que apuntan a que los atentados fueron perpetrados por extremistas del sur del país.
"Hasta ahora, las acciones de los rebeldes se limitaban a las tres provincias del extremo sur. Ha sido el primer ataque a gran escala a las zonas turísticas", indicó.
Más de 6.500 personas han muerto en Tailandia desde que a principios de 2004 comenzó una insurrección independentista en provincias de Narathiwat, Pattani e Yala.
Los rebeldes musulmanes se sublevaron contra la discriminación de la población de etnia malaya y de religión musulmana en un país esencialmente budista.