Para ganarle a Rusia en la guerra mediática, los reguladores estatales deben implantar un "periodismo de calidad". Para eso los investigadores llaman a crear un órgano único que "consulte a los Gobiernos, vecinos de Rusia" y elabore un sistema que sea "la marca de calidad" para todos los medios de comunicación.
El informe propone crear análogos de las agencias de información intergubernamentales que sean responsables de la comunicación de las autoridades públicas con la prensa, para poder compartir la información que ayudaría a "desmantelar la propaganda rusa".
Como ejemplo, los autores del estudio citan a la ONG Transparencia Internacional que se dedica a encontrar "buenos medios de comunicación rusos" para que posteriormente sean financiados por Occidente.
Otro punto de la investigación sugiere la creación de "un grupo de trabajo que se dedique a tratar el 'trauma histórico'". Por lo visto, bajo el concepto de "trauma", los analistas se refieren a la victoria de la URSS en la guerra contra la Alemania nazi. A este respecto, los investigadores suponen que un grupo de psicólogos, historiadores y sociólogos debe elaborar métodos que aclaren al público "las pruebas de muchos pueblos europeos".
Además, el estudio propone fundar fuera de Rusia una agencia de información en idioma ruso "en la cual se pueda confiar". "Occidente necesita a agencias como Reuters o Associated Press en ruso".
Los medios de comunicación de Rusia atraen la atención de los espectadores con "una imagen glamorosa" — concluyen— algo que deben hacer los países occidentales mientras que sus habitantes "deben aprender a reconocer las señales de la propaganda rusa".