Algo que también debe cuestionarse, según Pillar, es la eficacia en cuanto a la eliminación de los miembros individuales de las organizaciones terroristas, incluyendo también a sus líderes, ya que el autor se pregunta si este tipo de acciones conducen realmente al debilitamiento o desaparición de un grupo yihadista determinado.
"Esta táctica es solo uno de los muchos enfoques que hay que tener en cuenta para tratar de eliminar un grupo terrorista, y no necesariamente es uno de los más eficaces", observa el autor.
Existen ciertas razones para creer que la mayoría de estos efectos contraproducentes se dan como consecuencia de los ataques con drones. Incluso los datos estadísticos constatan el aumento de los ataques terroristas en las zonas donde se han realizado recientemente ataques con drones.
"La aplicación de la fuerza destructiva de EEUU puede tener una repercusión negativa inmediata y amplia, mientras que los efectos favorables de la eliminación de un maleante del barrio tienden a ser más locales", resume el autor.
Por lo tanto, de aparecer más datos sobre el uso indiscriminado de ataques con drones, los responsables políticos deberían revaluar desde el inicio todo el programa en vez de recurrir al uso de la fuerza a distancia solo "para hacer algo" contra la amenaza terrorista, concluye Pillar.