El portaviones pesado 'Almirante de la Unión Soviética Kuznetsov' —nombre completo de la nave— se prepara para partir rumbo a las costas del Mediterráneo oriental, donde se prevé que se incorpore a la operación antiterrorista que están librando las fuerzas aéreas rusas en Siria, en un esfuerzo final por destruir los bastiones de Daesh, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países.
A pesar de que Almirante Kuznetsov aún no ha partido, ya se conoce el grupo aéreo con el que estará equipado. Diversas fuentes militares informan que a bordo del portaviones se encontrarán al menos 15 aviones de combate y de reconocimiento Su-33, MiG-29K y MiG29KUB, junto a más de una docena de helicópteros Ka-52K, Ka-27, Ka-31. Entre los objetivos del despliegue podría también figurar la acumulación de experiencia en este ámbito. En particular, se podrá comparar la eficacia de los aviones de base naval con la de los helicópteros modernos y ajustar los pedidos de la Defensa rusa, opina Zvezdá.
"La peculiaridad de utilizar la aviación marina tiene una ventaja clara: se puede fijar la base a pocas millas de la costa Siria e incrementar considerablemente el apoyo que la aviación rusa presta a las fuerzas terrestres", afirmó el experto militar Alexéi Leonkov.
Se garantizaría así una mayor intensidad de fuego en zonas controladas por los extremistas, como la ciudad de Al Raqa, la cual los yihadistas de Daesh proclamaron su capital, agregó el analista, explicando que la decisión final sobre el uso del grupo aéreo en el asalto contra Al Raqa todavía no ha sido confirmada oficialmente.
Al fin y al cabo, la misión de Almirante Kuznetsov irá más allá de la mera prueba de sus capacidades y tendrá un sentido muy práctico para el futuro de la estrategia militar rusa en una variedad de aspectos, desde la compra de nuevas armas hasta la construcción de portaviones de la siguiente generación, concluyó Zvezdá.