La representante diplomática señaló que Moscú obtuvo la información, a través de medios de prensa turcos y redes sociales, sobre la decisión de la Fiscalía republicana de Izmir de no abrir una causa penal a Alparslan Celik, sospechoso de asesinar al piloto del Su-24 ruso derribado en noviembre en Siria el 24 de noviembre del año pasado, y llamó a las autoridades turcas a tomar medidas definitivas de condena para los asesinos del piloto.
"Una decisión como esta se justifica supuestamente con la carencia de pruebas y la constatación de que los cómplices de Celik que son ciudadanos turcos no fueron detenidos", explicó Zajárova.
"En general se crea la impresión de que la Justicia turca trata intencionalmente de librar de responsabilidades a una persona que confesó públicamente su participación en un crimen grave", comentó.
Zajárova señaló que "no hay ninguna claridad ni transparencia en lo que está pasando".
"De hecho Ankara rubrica su falta de deseo de asumir su parte de culpa de que precisamente sus acciones, viles y traicioneras, condujeron a la destrucción del avión y a consecuencia, fueron la causa de la muerte del piloto ruso", señaló.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco derribara en territorio sirio en noviembre de 2015 un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
Tras el derribo de la aeronave Moscú impuso restricciones económicas a Turquía en los ámbitos de comercio, educación, turismo y empleo.