"Esta victoria dio al traste con la propaganda occidental que machacaba que el Gobierno de Siria y los militares rusos bombardean a la oposición en lugar de a Daesh. Los hechos demuestran que los ataques apuntaban a los terroristas reales", dijo el diplomático.
Para Haddad, "es otra prueba de que Occidente piensa únicamente en su beneficio geopolítico, se salta los intereses de otros países e ignora totalmente la preservación del patrimonio cultural e histórico".
Palmira, uno de los seis lugares de Siria declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, había caído en mayo de 2015 en manos del autodenominado Estado Islámico, o Daesh, grupo declarado terrorista por la ONU y proscrito en numerosos países, incluyendo Rusia.
El 27 de marzo el Ejército sirio y el grupo Halcones del Desierto recuperaron el control de esta ciudad situada en la provincia de Homs. El gobernador de Homs, Talal al Barazi, destacó posteriormente que la aviación rusa, con su apoyo el Ejército gubernamental, desempeñó un papel clave en la liberación de Palmira.