Las represiones de las autoridades turcas contra el periodismo en el país radican en el carácter personal del presidente Erdogan, afirmó el primer vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores de la cámara alta del Parlamento de Rusia.
"Una minúscula crítica de Erdogan resulta en un caso penal para los periodistas turcos. Por lo tanto, esta ‘democracia' supuestamente presente Turquía tiene un carácter virtual", destacó el parlamentario.
Sin democracia no hay libertad de expresión, añadió Dzhabárov.
El señor Erdogan ve crítica por todas partes y responde de manera dura, provocando aún más preguntas acerca de su actuación, notó el parlamentario ruso. Esta inhabilidad de hacer frente a la crítica llevó a que el mandatario turco "se riña con todos, incluso con los alemanes y estadounidenses", aseguró el funcionario.
Para dar un paso en la dirección correcta, la parte turca debe pedir perdón por su crimen —el derribo del bombardero ruso Su-24—. Sin esto, las relaciones ruso-turcas permanecerán estancadas, según el parlamentario.