Los miembros del partido deben llevar a cabo unas exequias "verdes": ser enterrados en el mar, dispersar sus cenizas sobre el agua o al lado de árboles o guardar las cenizas de los difuntos en una urna.
Las nuevas normas acogen los tipos no aprobados de entierro y vedan la compra de lotes de gran tamaño en cementerios.
A menudo el tamaño de las tumbas de los funcionarios supera varias veces la norma nacional que es de un metro cuadrado. Además, muchas de las tumbas son excesivamente lujosas.
Algunos funcionarios adquieren tumbas de lujo, pero no tallan sus nombres en las lápidas, por temor a que el público se entere de su compra.
El Consejo Estatal de China prohibió en 2013 a los funcionarios y miembros del partido seguir estas prácticas. Asimismo, el consejo pidió a los miembros del partido que donarán sus órganos después de la muerte.
Los miembros del partido deben convencer a los familiares y compañeros de seguir estas reglas. Aquellos que violen la normativa para entierros, serán "corregidos y castigados", explicó un instructor oficial.
La campaña a gran escala contra la corrupción en China se inició con la llegada al poder de Xi Jinping en 2012. Desde entonces, miles de funcionarios han sido castigados tanto por violación de la disciplina del partido, como por corrupción. Tan solo en enero de este año fueron castigados 5.459 funcionarios.