La principal condición para ello es que sea adoptada lo antes posible la nueva legislación anticorrupción, propuesta por el presidente Poroshenko.
“Les ruego que aprueben las leyes del presidente mañana, ya que son necesarias para una decisión positiva sobre el régimen de visados. Estamos a mitad de la resolución de la Unión Europea, que debe ser tomada a finales de febrero”, dijo Lutsenko.
Sin embargo, la viceministra de exteriores de Ucrania para Asuntos de la Eurointegración destacó que la UE tiene una serie de advertencias sobre el mejoramiento de algunos procedimientos, la confiscación y embargo de bienes, el trabajo de la Agencia para la restitución y gestión de activos, y la legislación anticorrupción entre otros.
En cambio, en los consulados europeos tratan a los ciudadanos ucranianos con cautela. “Se hace aún más difícil obtener un visado. En muchos consulados exigen más papeles y los casos de denegación se dan más a menudo, sin motivos sólidos, o conceden visados para un plazo mínimo”, asegura un representante de una agencia de gestión de visas.
En vez de seguir los pasos en el camino de la integración europea, Ucrania se está convirtiendo en un extraño entre el resto de los países de la Europa del Este. Así, Moldavia goza del régimen sin visados desde 2011. Mientras Georgia anunció en septiembre del año pasado el cumplimiento completo de los requisitos de la UE.