En 1998, Rusia entró en impago y vivió una crisis económica sin precedentes de toda su historia postsoviética que fue marcada por una fuerte devaluación del rublo.
"A pesar de todos los problemas y dificultades, el Estado y la economía son mucho más sólidos", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El portavoz explicó que la situación actual difiere por "el conjunto de factores que influyen en las dificultades económicas".
"Es un Estado absolutamente diferente con posibilidades económicas absolutamente distintas", agregó.