Al comentar las medidas, tomadas por Rusia tras el incidente con el avión, Putin afirmó que no habrá nuevos acuerdos con Ankara en el ámbito de la construcción, donde actualmente trabajan unas 300 compañías turcas con contratos por valor de 50.000 millones de dólares.
“El Gobierno tomó la decisión de no firmar nuevos acuerdos con contratistas turcos, y esto permitirá a nuestro sector de construcción ampliarse y requerirá nuevos trabajadores cualificados”, dijo.
Precisó que Moscú no va a anular los contratos vigentes en el sector de la construcción, porque esta medida puede causarle cierto daño.
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después de que un caza turco derribara en territorio sirio un avión militar ruso Su-24 que retornaba a su base tras bombardear objetivos terroristas.
Turquía asegura que la aeronave violó su espacio aéreo, mientras que las autoridades rusas sostienen que el aparato no cruzó la frontera turca, lo que confirman los datos de los radares sirios.
Tras el derribo del Su-24 Moscú impuso restricciones económicas a Turquía en los ámbitos de comercio, educación, turismo y empleo.