Tras percatarse de la ausencia del garaje, la víctima del robo denunció los hechos ante la policía.
El dueño del garaje explicó que guardaba en la construcción metálica no el coche sino algunos objetos personales e inspeccionaba cada semana el estado de las mismas.
Durante la investigación del caso, los agentes dieron con un sospechoso del crimen quien resultó ser un joven de 23 años.
El muchacho argumentó que al no ver nunca al dueño del garaje, pensó que este estaba abandonado y decidió regalarlo a otra persona.
Las pertinencias del propietario del garaje acabaron en un basurero.
El caso del insólito robo queda ahora pendiente de la vista en un tribunal.