Sin embargo, Tufenkci indicó que las medidas especiales impuestas por Rusia no afectarán significativamente la economía turca puesto que el descenso del comercio bilateral ya se notaba antes de la crisis.
Antes del pasado 24 de noviembre, fecha en que fue derribado el avión, el intercambio comercial ya arrastraba un recorte de entre el 38 y el 40 por ciento frente al año pasado.
A la vez señaló que el Gobierno elaboró otros escenarios posibles, en particular, encontró mercados alternativos para exportar los productos turcos.
Tras el derribo del Su-24, calificado por el presidente ruso, Vladímir Putin, como una "puñalada por la espalda", Moscú impuso restricciones a Turquía en los ámbitos del comercio, educación, turismo y empleo.
En particular, a partir del 1 de enero de 2016 embarga la importación de ciertos alimentos turcos, restablece el requisito de visado para nacionales de Turquía y limita su contratación.
Este lunes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó un decreto que amplía las medidas económicas especiales contra Turquía.