Empresario vocacional de 58 años y ocho veces campeón mundial de motonáutica, el gobernador de la provincia de Buenos Aires es la principal baza de continuidad del Frente para la Victoria (FpV), con el que sin embargo mantiene una relación de amor-odio.
"La clave más importante de la personalidad política de Scioli es la ambigüedad y su persistencia para evitar el conflicto", dijo a Sputnik Nóvosti el analista Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría.
Desde entonces, los sondeos de intención de voto no lo favorecen.
"Scioli ha mostrado ser un hombre firme para aguantar presiones, tanto en sus cuatro años como vicepresidente de (Néstor) Kirchner, como en los ocho que ha tenido como gobernador de la decisiva provincia de Buenos Aires bajo la presidencia de Cristina Fernández", observó Fraga.
Cuando anunció en 2013 sus aspiraciones presidenciales, Scioli había sido secretario de Turismo y Deportes del Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), vicepresidente de Kirchner (2003-2007), estaba sólidamente instalado como gobernador de la provincia de Buenos Aires desde 2007 y ejercía la presidencia del Partido Justicialista, que hace parte de la coalición electoral FpV.
"Ya desde mis épocas de estudiante imaginaba un futuro desarrollándome como empresario", sostiene en su sitio web personal.
Su padre fue el dueño de una de las empresas de electrodomésticos más importantes del país y de un canal de televisión; el hijo estudió comercio, pero interrumpió sus estudios para dedicarse a los negocios y solo los retomaría muchos años después, para recibirse el 5 de octubre de este año de licenciado en comercialización.
Primero se hizo cargo de la empresa familiar, y en 1989 la compañía sueca Electrolux lo eligió como representante en Argentina.
En 1975 un grupo guerrillero secuestró a uno de sus hermanos por más de 20 días, y fue el propio Daniel Scioli quien negoció con los captores el pago del rescate y la liberación de su hermano.
Una pasión que le costó un brazo
Cuando pilotaba una lancha en una competencia en el río Paraná, el vehículo dio un vuelco y la hélice le arrancó el brazo derecho.
Lejos de pensar en retirarse, Scioli se recuperó, comenzó a usar una prótesis y volvió a navegar.
Entre la fecha del accidente y su retiro en 1998, ganó ocho campeonatos mundiales, convirtiéndose en uno de los grandes pilotos de la historia de la motonáutica.
Para entonces ya había sido elegido diputado por el Partido Justicialista (peronista) comandado por Menem.
Vicepresidente de Kirchner
"Fueron años de mucho trabajo, lealtad, sacrificio y aprendizaje", sostuvo Scioli en su sitio web personal.
Su vínculo con el movimiento que construyó Kirchner, y que incluye a buena parte del Partido Justicialista y a movimientos y partidos de izquierda, no estuvo exento de duras críticas internas.
Desde el kirchnerismo, liderado por Kirchner y por su esposa y actual presidenta, Cristina Fernández, se lo cuestiona como "apolítico" y por "no jugarse por nada", según el periodista Mariano Confalonieri, autor de la biografía "El candidato. Vida pública y privada de Daniel Scioli", publicada en 2013.
Sin embargo, en una entrevista con el sitio Perfil.com, Confalonieri opinó que Scioli "mantiene su imagen intacta" cada vez que el kirchnerismo "le pega", porque él "no viene de la política", lo que "quizás le ha redituado en una buena imagen pública".
A pesar de las tensiones con Fernández y sus allegados, la candidatura de Scioli quedó sellada en junio, cuando sumó como compañero de fórmula a Carlos Zannini, un hombre leal a la mandataria.
Desde entonces hay dos versiones sobre lo que representa Scioli para la política de Argentina: algunos aseguran que es el final de la era kirchnerista con una clara orientación hacia la centroderecha, otros piensan que será un continuador de la tarea de los últimos tres gobiernos.
En todo caso, la segunda vuelta presidencial de este domingo despejará la incógnita sobre cuán lejos puede llegar Scioli gracias a su propio tesón.