Se aclaró más tarde que los empleados de la compañía pública Correos de Rusia son culpables de esta confusión.
La moscovita se queja de que no puede comprar nada en los almacenes usando este dinero, ya que los vendedores se niegan a aceptar semejante cantidad de monedas.
Los familiares de la mujer la ayudaron en esta situación al llevar el saco a un banco y cambiar las monedas a billetes.
Sin embargo, el hecho no salvó a los culpables del castigo que fueron cargados con la responsabilidad disciplinaria.