Según su versión, el sitio principal donde estuvo Hitler fue una casa de montaña, conocida como Inalco, edificada cuando terminaba la guerra, a 80 kilómetros de Bariloche. El lugar era inaccesible por tierra y solo se podía llegar en hidroavión o barco.
“La casa tiene ciertas características que no hacen a una estancia patagónica, como antenas de radio, puestos de seguridad, y la imposibilidad de llegar vía terrestre. Traté de reconstruir esto con base en testimonios y elementos importantes, como los registros de los aviones y la presencia de pilotos nazis”, señala Basti.
El escape de Hitler habría sido por vía aérea a Austria, desde donde habría viajado a España, y de allí a la Patagonia en submarino, opina Basti, quien tiene un juicio contra el Estado argentino para que desclasifique la información perteneciente a la Armada, que demostraría el ingreso de nazis y en particular de Hitler a Argentina.
Hitler habría vivido primero en la estancia San Ramón, que pertenecía al principado alemán de Schauburg Lippe, la familia de Bernardo, el esposo de la reina Juliana de Holanda, que fue parte de las SS nazis. La casa pasó después a manos de la familia Lahusen, vinculada al nazismo. De allí, Hitler se habría trasladado a Inalco, donde habría vivido entre 1947 y 1949, y después habría huido al Paraguay, donde habría muerto en los años setenta del siglo pasado.
La presencia de Hitler en Argentina ha sido refutada por las autoridades soviéticas que recuperaron el cadáver del Führer y por muchos historiadores y testigos de los hechos. Pero de lo que no hay duda, es de la presencia de criminales nazis, algunos de los cuales sirvieron de asesores a los gobiernos dictatoriales de la región en los años setenta, como Klaus Barbie, el Carnicero de Lyon, que vivió en Bolivia bajo el nombre de Klaus Altmann, fue descubierto en 1983, extraditado a Francia y juzgado por la deportación de cientos de miles de judíos a los campos de concentración.