Los familiares de los jóvenes que han salido de Rusia para nutrir las filas de la organización extremista anteriormente solo podían presentar a la policía una denuncia de desaparición.
Durante el primer mes de trabajo de la línea se ha podido comprobar que los principales recipientes de la propaganda radical en Rusia son jóvenes con una edad promedia de 23 años, sin deferencia de género.
Otro dato preocupante es que se dan casos de conversión al islam en zonas donde esa religión está poco difundida y entre jóvenes que no tienen raíces musulmanas.
Anteriormente la opinión pública rusa se vio escandalizada por el caso de la estudiante de la Universidad Estatal de Moscú, Varvara Karaúlova, de solo 19 años, que fue rescatada en Turquía ya a punto de cruzar la frontera con Siria.