Al comentar que ve el acercamiento de La Habana y Washington "con optimismo, pero también con cautela", Hernández advirtió "que va a haber intereses muy poderosos del lado de allá, que verán en este proceso no una oportunidad para el acercamiento entre los dos pueblos, sino una oportunidad para alcanzar los objetivos que no han podido lograr por más de 50 años con otros métodos".
"En otras palabras, verán este proceso como una oportunidad para destruir a la revolución cubana, y por lo tanto son retos que los cubanos tenemos que asumir", explicó.
"No vamos a pecar de optimistas pero tampoco vamos a rechazar un proceso que de por sí es normal y es natural; asumiremos los retos que sean necesarios, y aspiramos a que podamos tener relaciones normales — repito, con respeto mutuo a la soberanía de cada uno de los países", dijo.
En diciembre del 2014, Barack Obama y Raúl Castro anunciaron los planes para normalizar las relaciones entre los dos países. Washington cerró su legación en la isla en 1961 tras la ruptura de lazos diplomáticos.
El 1 de julio EEUU y Cuba anunciaron oficialmente la reapertura de embajadas en Washington y La Habana.