El veredicto concluye además que el agente que efectuó los disparos utilizó su pistola eléctrica "inapropiada e irracionalmente" durante más tiempo del que fue necesario.
Se estima que es la primera vez que un jurado inglés identifique las polémicas armas Taser entre las causas fundamentales de una muerte derivada de una acción policial.
Jordan Begley, de 23 años, falleció en el hospital, en julio de 2013, tras sufrir un fallo cardiaco poco después de su detención en una operación en la que intervinieron once agentes antidisturbios.
El jurado también concluye que los agentes le retuvieron en una posición inadecuada una vez restringidos sus movimientos y "se preocuparon más por su propio bienestar" que por el del arrestado.
"Después de dos años de luchar contra todo el mundo, de batallar contra el sistema, ha llegado el día de Jordan. Han sido dos años de infierno y estos agentes no deberían patrullar las calles", señaló la madre de la víctima, Dorothy Begley, tras escuchar el veredicto.
Una investigación interna independiente exculpó al autor de los disparos eléctricos, pero la familia Begley demandará a la policía de Manchester con el aval del fallo en este proceso cuasi-judicial, enfocado a esclarecer las causas y circunstancias de una muerte violenta.
Desde la introducción de pistolas Taser en 2003, su utilización ha aumentado por encima del 200%, según datos del ministerio del Interior.
En estos doce años, se han registrado 10.000 incidentes con armas de electrochoque en Inglaterra y Gales y uno de cada diez agentes de ambas naciones patrulla a diario armados con sus Taser.
La policía británica tiene una larga tradición de operar sin armas de fuego- salvo las brigadas especiales- pero las pistolas eléctricas se han convertido en un sustituto crecientemente polémico.