No es la primera vez que el canciller español, que visitó Rusia a principios de marzo, señala la necesidad de tender puentes entre Bruselas y Moscú.
El ministro insistió en su idea de tratar Rusia "como un aliado estratégico y no como un adversario" y recordó que no hay solución militar a la crisis de Ucrania.
La única salida "pasa por el diálogo y la cooperación" y el apoyo "sin fisuras" a la aplicación de los pactos de Minsk. Y afirmó que el papel de la OSCE en la verificación de Minsk es "fundamental".
"No caben excepciones al respeto de la legalidad, al Estado de Derecho y a los principios de integridad territorial, independencia y soberanía de los Estados, destacó en Viena.
Para Margallo, "el objetivo inmediato" en Ucrania "tiene que ser el cumplimiento del alto el fuego y la retirada del armamento pesado. Debe permitirse que la misión de observación pueda cumplir sus cometidos en condiciones seguras".
El jefe de la diplomacia española recalcó que "debe avanzarse en el proceso político que permita a Ucrania continuar la senda elegida de la democracia, las reformas y la prosperidad del país".
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) mantiene en Ucrania 484 observadores internacionales, con apoyo logístico de 216 contratados locales. España participa con 132 expertos.
Enfoque mediterráneo
García-Margallo reclamó también que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se implique más en el Mediterráneo para poder hacer frente de forma más efectiva los desafíos que representan la emigración y el terrorismo internacional.
"La gravedad de las amenazas y la urgencia de hacer frente a los retos planteados nos obligan a actuar con rapidez también aquí en la OSCE", insistió el diplomático. Y pidió que se refuerce "la dimensión mediterránea de la OSCE", una institución integrada por 57 países de Europa, Norteamérica y Asia Central.
"Debemos mantener la firme determinación de continuar colaborando para la solución de este problema", dijo en referencia a la inmigración tras las últimas tragedias del Mediterráneo.
"España apoya las iniciativas que en el ámbito de Naciones Unidas y de la OSCE puedan también coadyuvar a tratar esta compleja cuestión, que exige, junto a las respuestas de emergencia, una reflexión que tenga en cuenta los retos a medio y largo plazo".
"Debemos seguir reforzando nuestra acción en asuntos como la lucha contra el radicalismo y el extremismo violento, la lucha contra el terrorismo, o el tratamiento del fenómeno de los combatientes extranjeros", agregó.
"Es importante que la OSCE incorpore todas estas cuestiones a sus debates, pues constituyen algunas de las amenazas más importantes de nuestro tiempo que no deben resultar ajenas a nuestra organización", alertó Margallo.