El hombre de Wuhu (provincia de Anhui) iba a visitar a su madre la semana pasada cuando vio a una mujer gravemente herida en la carretera y decidió continuar.
"Mi coche carece de cámara en el tablero de mandos", se justificó en el diario Anhui Business Daily.
Cuando llegó a casa de su madre, los vecinos le dijeron que ésta se había ido antes para visitarle a él.
Temiendo lo peor, regresó al lugar del accidente para descubrir que la mujer cubierta de sangre era su madre.
Llamó a la policía y a una ambulancia, pero falleció en su camino al hospital.
La policía encontró después al conductor que la había atropellado y se había dado a la fuga, según el diario hongkonés South China Morning Post.
No es raro en China que los heridos no reciban ninguna ayuda de los presentes después del "incidente de Nanjing" de 2006: un joven que llevó a una herida al hospital fue acusado por esta de haberle causado las heridas y fue condenado a indemnizarla con 40.000 yuanes (6.450 dólares).
El caso fue célebre y desde entonces se han seguido alternando episodios de desalmados extorsionadores con otros de escandalosos autismos.
El más famoso de los últimos fue el de Yueyue, una niña de dos años que en 2011 fue atropellada dos veces en un mercado de Foshan (provincia de Cantón).
Las imágenes que todo el país vio mostraban al conductor huyendo después de momentos de indecisión.
La niña quedó en el suelo, donde volvería a ser atropellada por otro vehículo.
Fue ignorada por los doce viandantes que se la cruzaron en los siguientes siete minutos y fue una chatarrera de 58 años quien finalmente la atendió, aunque Yueyue acabó muriendo en el hospital.
Todas las personas a las que la chatarrera preguntó por quién era la madre la recomendaron que dejara el bebé si no era suyo.
El caso provocó un debate nacional en el que se lamentaba la pérdida de los valores confucianos y se concluía que la sociedad se enriquecía pero no mejoraba.
Que solo la ayudara la chatarrera sugirió que la opulencia material estaba detrás de la indigencia moral.
Un diario revelaba entonces que el 45% de los encuestados miraría hacia otro lado si viera a un herido y que el 43 % intervendría sólo si hubiera una cámara. Su ausencia fue la excusa del conductor para no atender a la mujer que resultó ser su madre.
El Diario del Pueblo, aseguró que "detener la caída moral y aumentar la generosidad son cuestiones que nuestra sociedad debe afrontar".
El Global Times indicó que el incidente exponía "el lado oscuro" de la sociedad china.
El código penal chino no incluye el delito de denegación de auxilio.
La muerte de Yueyue sirvió para que algunas grandes ciudades aprobaran leyes que protegen al benefactor y prevé fuertes multas e incluso cárcel para los falsos acusadores.
