La crítica denuncia de ambos ministros coincide con el desplazamiento a Damasco del enviado de la ONU, Staffan De Mistura, para ultimar el cese de los bombardeos sobre Alepo acordado días atrás.
El pacto compromete al presidente sirio a suspender los ataques aéreos en los barrios poblados de la ciudad durante un periodo de seis semanas.
Hammond y Fabius se declaran "profundamente escépticos del aparente acuerdo de Asad", aunque celebran la "dedicación y el esfuerzo" del representante de la ONU.
"Las acciones de Asad en el pasado significan que no podemos fiarnos de su palabra", sostienen ambos jefes de la diplomacia británica y francesa.
"Assad está alimentando la injusticia, el desorden y el extremismo", denuncian en su escrito.
De acuerdo con ambos ministros, "proponer a Asad como una solución a los extremistas" implica que "no se entienden las causas del extremismo".
"Solo servirá", añaden, "para radicalizar a más sirios, empujando a los moderados hacia el extremismo y consolidando un bastión yihadista en Siria".
Hammond y Fabius abogan por "un acuerdo político entre los sectores sirios que lleve a un gobierno de unidad" y advierten: "para nosotros es obvio que Asad no puede formar parte de esa administración".
Los dos ministros alegan que el presidente sirio ha perdido el control de su país y "está sujeto a patrocinadores regionales que, como Hezbollah, detentan el poder del reino de Siria".