"No existe una solución militar del conflicto en Ucrania, pero no podemos permitir que las tropas ucranianas sean derrotadas", declaró el canciller británico.
La consejera de Seguridad Nacional de la administración norteamericana, Susan Rice, declaró el pasado 6 de febrero que Estados Unidos analiza la posibilidad de suministrar ayuda militar directa a Ucrania.
Moscú advirtió a Washington respecto a los planes de suministro de armas a Ucrania, ya que dicho paso solo conseguiría la agudización del conflicto.
Contra los suministros de armas también se han expresado la mayoría de los políticos europeos.
Hammond confirmó que la postura de Gran Bretaña, consistente en prescindir de la entrega de armas al Ejército ucraniano, será revisada en dependencia a las circunstancias.
"Continuamos ayudando a suministrar apoyo técnico a las Fuerzas Armadas ucranianas por medio de la OTAN", señaló.
El canciller británico subrayó que las sanciones económicas contra Rusia son el medio más efectivo para obligar a las autoridades rusas a cambiar su política respecto a Ucrania, donde, según el alto funcionario, se lleva a cabo "una guerra de pequeña escala con uso de armas convencionales".
"Estamos de acuerdo con reducir la presión en cuanto veamos un cambio de actitud de Rusia respecto a Ucrania", concluyó.
Hammond celebró la búsqueda por parte de Occidente de vías de solución a la crisis ucraniana y expresó sus dudas respecto a la sinceridad de Rusia ante la búsqueda de la paz.
