En respuesta, la Cancilleria rusa acusó a Kishida de "alterar la historia y reexaminar las causas y resultados internacionalmente reconocidos de la guerra", detallando que fue el Japón militarista y la Alemania nazi los que cambiaron por medio de la fuerza el statu quo que existía antes de la Segunda Guerra Mundial y ocupó varios países.
"Las tropas soviéticas ocuparon los territorios del norte después de que Japón aprobase la Declaración de Potsdam (que trataba los términos de la rendición del Imperio del Japón en la Segunda Guerra Mundial), es un hecho histórico; la declaración del ministro Kishida se basa en esta comprensión de la historia, por lo que las acusaciones de alterar la historia carecen de fundamento y no las podemos aceptar", dijo Suga en la rueda de prensa en Tokio.
Japón reclama cuatro islas del archipiélago sur de las Kuriles –Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai– basándose en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia en 1855.
Tras la II Guerra Mundial, estos territorios fueron traspasados a la Unión Soviética en virtud de varios acuerdos internacionales.
Tokio condicionó la firma del tratado de paz con Rusia a la devolución de estas islas.
Por su parte, Rusia asumió la soberanía de dichos territorios como sucesora legal de la URSS y se niega a revisarla.