“Es un contrato muy bueno para (la empresa productora) Energomash; para Rusia no es tan obvio, ya que se cierra otro (contrato), más antiguo, con la empresa Kuznetsov. Para Rusia supone un resultado nulo y una ganancia para el productor”, dijo.
Ionin expresó la seguridad de que EEUU no podrá desarrollar semejantes propulsores ya que es un proyecto muy largo y costoso, es por eso que en el mercado estadounidense compiten dos productores rusos, Kuznetsov y Energomash.
El jefe de la empresa Energia (a la que pertenece Energomash) declaró que la industria cosmonáutica de EEUU necesitará más de 3.000 millones de dólares y entre 7 y 10 años para crear un propulsor como el ruso RD-181.
Según el contrato, valorado en unos 1.000 millones de dólares, Rusia suministrará 60 de esos motores, dos de los cuales la empresa estadounidense Orbital Sciences Corporation recibirá en junio de 2015.