Al hablar con periodistas en noviembre de 2014 a bordo de un avión, el pontífice declaró que está dispuesto a reunirse con el patriarca ruso "en cualquier fecha", tras lo cual los medios de comunicación occidentales y rusos volvieron a tratar la probabilidad de la reunión entre ellos.
"Una respuesta extraoficial se interpretó de modo exagerado, pero el problema es sencillo: no conviene celebrar una reunión protocolaria, antes deben crearse determinadas condiciones y eliminarse determinados problemas, sobre todo en las relaciones con la iglesia uniata ucraniana", puntualizó Legoida.
La Iglesia Greco-Católica Ucraniana (uniata), cuyos adeptos viven fundamentalmente en el oeste de Ucrania, cumple el rito ortodoxo pero reconoce la primacía universal del papa.
El patriarca Kiril indicó anteriormente que la actividad de los greco-católicos "arroja sombra" sobre las relaciones entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el Vaticano. Dijo que la Iglesia Greco-Católica Ucraniana se dedica a la actividad política, apoya la rusofobia y lanza invectivas contra la Iglesia Rusa.
El portavoz del Patriarcado de Moscú ha constatado que las posiciones de la Iglesia Ortodoxa y la Católica son afines, especialmente en cuanto a la moral y la cultura tradicional, indicando que eso reviste una especial importancia en nuestra época en que se diluyen las nociones de lo bueno y lo malo.