Doce de estos ataques fueron realizados en cercanías de la ciudad siria de Kobani, cerca de la frontera con Turquía. También hubo ataques cerca de Alepo, Al Raká y Al Hasaká, según informa Reuters.
Las fuerzas armadas estadounidenses informaron sobre la muerte de combatientes, la destrucción de sus vehículos y posiciones fortificadas.
El EI proclamó en verano pasado un califato en los territorios que controla que se extienden desde Alepo, en el norte de Siria, hasta la provincia de Diyala, en el este de Irak.
Al combatir en Siria contra las fuerzas gubernamentales, el EI se granjeó la fama de uno de los grupos más crueles. Dio muerte a miles de personas, tomó como rehenes a varios miles, otros centenares de miles se convirtieron en refugiados.
Diversas ONG han denunciado que las minorías en las zonas ocupadas por el EI son objeto de ejecuciones, conversiones forzadas, secuestros, torturas y violencia sexual.