El alcalde de Jerusalén entra en la Explanada de las Mezquitas escoltado por la policía

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El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, entró el martes en la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, hecho que los palestinos musulmanes consideran “una provocación”.

El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, entró el martes en la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, hecho que los palestinos musulmanes consideran “una provocación”.

La visita de Barkat se produjo justamente en unos días en que la ciudad hierve con disturbios en casi todos los barrios palestinos.

Uno de los motivos de los disturbios es la presencia cada vez mayor de judíos en la Explanada, llamada el Monte del Templo por los judíos, ya que consideran que allí se situaban el primero y el segundo templo, del que queda el Muro de las Lamentaciones, que se ubica debajo, en la plaza donde rezan miles de personas cada día.

En la Explanada de las Mezquitas se encuentran la mezquita de Al-Aqsa y el lugar santo de la Cúpula de la Roca, desde donde una gran parte de la tradición musulmana considera que el profeta Mahoma ascendió a los cielos. Al-Aqsa es el tercer templo más sagrado del islam, tras la Mecca y Medina, en Arabia Saudita.

Barkat, que es judío, ha entrado a la Explanada escoltado por un amplio grupo de policías. El responsable de la mezquita de Al-Aqsa, el sheij Omar al-Kiwasi, ha explicado que Barkat ha llevado a cabo un pequeño recorrido en el recinto, mientras jóvenes musulmanes le gritaban “Dios es el más grande”.

"Barkat es el primer alcalde que asalta Al-Aqsa, uniéndose así a los grupos extremistas y a miembros de la Knesset (parlamento israelí), extremistas que suelen irrumpir en el lugar y exhortan a otros a hacer lo mismo", ha indicado Al-Kiwasani.

Desde 1967, los no musulmanes pueden entrar en el recinto, gestionado por el ministerio de Awqaf de Jordania, en virtud de un acuerdo, pero no pueden rezar allí ni llevar simbología religiosa. Los no musulmanes no pueden entrar en la mezquita ni en la Cúpula de la Roca.

Muchos rabinos ultraortodoxos están en contra de que los judíos entren en el lugar porque hacerlo sería violar la ley judía. Se basan en la creencia de que desde que el Segundo Templo fue destruido en el año 70, la localización exacta del sanctasanctórum (Santo de los Santos), el lugar más sagrado del Templo donde solo entraba el Sumo Sacerdote, se desconoce. Por lo tanto, está prohibido entrar en todo el recinto.

Otros rabinos creen que la arqueología y otras pruebas permiten establecer algunas zonas en las que seguro que no se encontraba el sanctasanctórum y, por lo tanto, se puede acceder a ellas.

Para los palestinos, el lugar no es solo sensible por el islam sino que el recinto está situado en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que según la ley internacional pertenece a Jerusalén este, es decir, es territorio palestino y está ocupado por Israel.

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