Un monasterio del norte de Rusia pondrá en marcha a partir de diciembre una línea de producción de variedades italianas de queso, una iniciativa que no pretende ser una respuesta a las sanciones de Occidente sino animar a los empresarios rusos.
Así lo explicó a Nóvosti Mijáil Shishkov, portavoz del Monasterio de la Santa Transfiguración, situado en las islas de Valaam, en la región de Carelia, construido en el siglo XIV.
"Tenemos previsto fabricar hasta 350 kilos de queso a la semana", dijo Shishkov, al agregar que en un principio los quesos se producirán para el consumo propio y que su exportación se descarta por ahora.
A principios de este mes el responsable de la lechería del monasterio, el fraile Agapio, viajó a Italia para conocer de primera mano la producción local de quesos y comprar maquinaria nueva, relató el portavoz.
Shishkov negó que los planes del monasterio tengan que ver con las sanciones económicas impuestas contra Rusia y que la institución religiosa no pretende sustituir con sus quesos los productos que se han dejado de importar por el veto agroalimentario ruso, tal como lo habían especulado algunos medios.
"Es pura coincidencia, pero también es un buen ejemplo para los fabricantes nacionales que muestra que es del todo posible poner en marcha su propia producción, por ejemplo, de quesos", sostuvo.
En un futuro próximo, la granja del monasterio de Valaam, que ya produce varios tipos de quesos, fabricará otros lácteos, como crema fresca o yogures, adelantó el portavoz.
La producción lechera en el Monasterio de la Santa Transfiguración se remonta a finales del siglo XIX, cuando en la institución se instaló una lechería equipada con las mejores máquinas de la época y con capacidad para 70 cabezas de ganado.
Hasta la revolución bolchevique de 1917, el monasterio de Valaam fue uno de los mayores centros agrícolas del norte de Rusia, galardonado con el gran premio de la Feria Agrícola de París.
