La agencia de calificación crediciticia Fitch colocó en vigilancia negativa la deuda de Cataluña y del Instituto Catalán de Finanzas, después de que el presidente catalán Artur Mas firmara el sábado pasado la convocatoria de un referéndum de autodeterminación para el 9 de noviembre.
El Tribunal Constitucional suspendió ayer cautelarmente la consulta.
“La acción de revisión refleja las crecientes tensiones entre el Gobierno central y el Gobierno regional de Cataluña, siguiendo la convocatoria por este último de una consulta no vinculante sobre el futuro de la región, dentro de España o como país independiente, el próximo 9 de noviembre", indica el comunicado de la calificadora.
“Los acontecimientos en los próximos seis meses van, probablemente, a complicar la relación entre Cataluña y el Gobierno central” señala la agencia, que “estará vigilante” porque “el apoyo financiero del Gobierno central es clave para mantener la actual calificación de solvencia para Cataluña”.
Fitch concede una calificación crediticia a Cataluña de BBB-, sólo un paso por encima del grado de especulación, al igual que hizo en marzo de 2013 con el resto de comunidades autónomas españolas.
La agencia avisa de una posible bajada de dos escalones según se vaya desarrollando el proceso soberanista, colocando la deuda catalana a un paso del bono basura.
Y alerta de que “los inversores internacionales no comprarán bonos catalanes por su presente político incierto”.
Fitch recuerda que la deuda catalana está apoyada por el Gobierno español a través del Fondo de Liquidez Autonómica y que Cataluña necesitará financiación adicional para el próximo año.
