Miles de estudiantes han empezado este lunes una semana de huelga en Hong Kong para pedir a Pekín que permita las elecciones libres en la excolonia en 2017.
El movimiento estudiantil ha pasado a encabezar las reclamaciones democráticas después de que los principales líderes y activistas políticos reconocieran que la campaña tiene muy escasas posibilidades de éxito.
Jóvenes de decenas de centros docentes se han juntado hoy en el campus de la Universidad China de Hong Kong, muchos de ellos con lazos amarillos, camisetas negras y pancartas que defienden el boicot y la desobediencia civil ante lo que entienden como la ruptura de la promesa que Pekín formuló cuando la excolonia pasó de manos británicas a chinas.
Pekín se comprometió a que Hong Kong celebrase un sufragio universal en 2017. El proceso está previsto en la Ley Básica, la mini constitución que rige las relaciones entre el Gobierno central e isleño, y que no incluye la libre elección de candidatos. Los movimientos prodemocráticos exigen que los candidatos sean elegidos directamente por el pueblo y no seleccionados por un comité influido por Pekín.
Alex Chow, líder de la Federación de Estudiantes de Hong Kong, ha pedido hoy el rechazo a las "falsas elecciones" y que se permita la elección civil de los candidatos porque lo contrario atenta contra los intereses del público en general. "La huelga de estudiantes marca un punto de inflexión en el movimiento democrático", ha expresado a la muchedumbre congregada, además de amenazar con "elevar las protestas a otro nivel" si sus reclamaciones no encuentran respuesta en Pekín.
Gran parte de la comunidad académica de la excolonia ha apoyado la huelga estudiantil y colgado en Internet el contenido de las clases de esta semana para que los alumnos que falten puedan consultarlas.
El conflicto ha dividido a la excolonia, cuyos ciudadanos disfrutan de unas libertades y derechos desconocidos en el resto del territorio chino. Tanto los gobiernos de Pekín y Hong Kong como las organizaciones empresariales y el sector de la población más afín a la China del interior se han manifestado en contra de las reclamaciones democráticas de las organizaciones que pivotan en torno a la plataforma Occupy Central.
Entre sus iniciativas figuran bloquear en fechas próximas el principal distrito financiero. Encuestas recientes muestran que una quinta parte de los hongkoneses están planteándose emigrar ante lo que entienden como un progresivo empeoramiento de la calidad democrática.
El sector del capital ha mostrado su miedo a que los días convulsos afecten el normal funcionamiento del mayor centro económico asiático. Unos 60 empresarios hongkoneses están estos días en Pekín para reunirse con el presidente Xi Jinping y comentar la situación política en general. Pekín ya ha advertido que no cambiará su decisión.
