El presidente de México, Enrique Peña, confirmó el martes la construcción de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, una de las más grandes del mundo, con una inversión de 120.000 millones de pesos (unos 9.150 millones de dólares), en su discurso anual sobre el estado del país.
El nuevo aeropuerto “será el mayor proyecto de infraestructura de los últimos años” en México, e incluso “uno de los más grandes del mundo”, dijo el mandatario en un pasaje de su discurso en el Palacio Nacional, ante toda la clase política mexicana e invitados.
La obra tendrá seis pistas de aterrizaje para transportar a unos 120 millones de pasajeros al año, “cuatro veces la capacidad del actual” aeropuerto capitalino, detalló el presidente.
Peña dijo que “desde hace décadas ha sido necesario contar con nuevas instalaciones”.
De esta manera aludió a que desde el año 2000, cuando llegó al poder el primer gobierno de alternancia en México en 71 años, el tema de un nuevo aeropuerto de la megalópolis de más de 20 millones de habitantes se colocó en la agenda pública, sin solución.
El mandatario relató los problemas por la saturación del actual aeropuerto, que “restringe la comunicación entre las entidades del país; limita la conectividad de México con el mundo; frena el comercio y las inversiones, y genera demoras para los usuarios”.
“Ante esta saturación, no podemos seguir postergando más la solución de fondo”, expresó, al tiempo que apuntó que el lugar idóneo es la zona contigua al aeropuerto actual, resolviendo el viejo problema de la carencia de terrenos para las pistas sin dañar el medio ambiente.
Un proyecto del ex presidente Vicente Fox (2000-2006), que costaría unos 6.000 millones de dólares, fracasó porque los campesinos del municipio de Atenco, que marchaban con sus machetes en la capital apoyados por grupos de izquierdas, bautizados como "Los Macheteros", se negaron a aceptar cualquier oferta por sus predios, a pesar de que el gobierno dobló la oferta de 200 a 400 millones de dólares.
Al final, la megalópolis se tuvo que conformar con una segunda terminal sin nuevas pistas, que de nuevo resulta insuficiente e insegura.
Esta vez, sin anuncios previos a la opinión pública antes del discurso de Peña, el Gobierno se ha asegurado la disponibilidad de los terrenos a sólo cinco kilómetros al norte del actual aeropuerto, en un lago disecado de acuerdo con los inversionistas que hablaron bajo condición de anonimato al diario El Financiero.
El Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz, había adelantado que el gobierno dispone de 12 mil hectáreas en la zona cercana al actual aeropuerto de la capital.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, reveló durante una gira de Peña la semana pasada, que la empresa estadounidense Parsons de esa ciudad norteamericana participará en la construcción del nuevo puerto aéreo de la capital mexicana.
