Todo comenzó el 24 de julio a las 20.41 hora local (18.41 GMT) con la llamada de un particular al Centro de Atención de Emergencias que informaba de un tren descarrillado. En el trágico accidente del "Alvia 04155", en el que viajaban 218 pasajeros procedentes de Madrid, murieron 82 personas y más de 140 resultaron heridas.
En el primer aniversario de esa catástrofe, cientos de personas rindieron en la noche del jueves homenaje en Santiago de Compostela y en otras ciudades por las que pasó aquel fatídico tren.
Madrid o León han recordado a los ciudadanos que aquel 24 subieron al tren con destino Santiago. En su memoria han guardado un minuto de silencio y han colocado flores y velas.
Sin embargo, ha sido Santiago de Compostela, ciudad patrimonio de la humanidad, el epicentro de todos los actos y homenajes.
Se entregaron las Medallas de Oro de Galicia, un acto presidido por el Presidente del ejecutivo gallego. Tanto las víctimas como los vecinos de Angrois, el lugar donde se produjo el accidente, o los servicios de emergencia estaban llamados a recibir este galardón. Sin embargo, los vecinos y gran parte de las víctimas han decidido no asistir.
"Los mismos que entregan las medallas son los que después niegan la investigación para conocer la verdad sobre el accidente y los verdaderos culpables”, ha declarado a Nóvosti Jesús Domínguez, una de las víctimas que se negó a acudir.
En su lugar, hicieron un acto de protesta con pancartas en las que se podía leer “Justicia”, “¡Comisión de investigación, ya!” o “82 muertes 0 responsables”.
A otros afectados que querían entrar a la entrega de medallas les negaron el acceso. “La policía nos impidió entrar, a pesar de que muchos presentaron el justificante que los acreditaba como víctima del Alvia”, afirma a Santiago, hermano de una de las afectadas.
Los homenajes continuaron por la tarde. Las dos asociaciones de víctimas, diversos cargos políticos, entre ellos el presidente y vicepresidente del gobierno gallego, y varios representantes de Adif y Renfe, las empresas encargadas del sistema ferroviario español, se juntaron en la Catedral de Santiago de Compostela.
Muchos de los afectados mostraron su descontento con la presencia tanto de los dirigentes políticos como los de Adif y Renfe en el acto. “Durante todo el año nos negaron la justicia, conocer la verdad, vetaron la comisión de investigación culpando sólo al maquinista. Nosotros perdonamos al maquinista pero no vamos a consentir más mentiras por parte del poder, queremos justicia por todo lo ocurrido”, afirmó a Nóvosti Teresa Gómez.
El día terminó de la forma más emotiva. Abrazos y lágrimas en la plaza del barrio de Angrois, junto a las vías del tren donde hace un año ocurrió el trágico accidente.
En esta ocasión, no hubo ninguna presencia política o institucional. Familiares, afectados y vecinos relataron ante cientos de personas que acudieron al homenaje, cómo vivieron aquel día. “Hemos vuelto a nacer y en gran parte es gracias a los gallegos, llevamos sangre gallega por nuestras venas”, afirma Cristobal, una de las víctimas, en su discurso en referencia a la avalancha de donaciones de sangre tras lo ocurrido.
En el acto, las propias asociaciones de víctimas entregaron una placa de agradecimiento a los vecinos de Angrois. En recuerdo de las víctimas, 82 rosas blancas quedaron depositadas al lado de las vías al son de música gallega compuesta para los afectados.
El acto terminó con 2 minutos de silencio rotos por el grito de “¡justicia!” y el paso de un tren similar al que hace exactamente un año se quedó destrozado en ese lugar.
