Debido a su política en Oriente Próximo, Turquía ha llegado a tener la reputación de un país que suele entremeterse en los asuntos internos de otros Estados de la región, declaró a Nóvosti el parlamentario turco y vicepresidente del opositor Partido Republicano del Pueblo, Osman Faruk Logoglu.
“Cuando se produce una escalada de tensión en algún país, (Turquía) expresa su apoyo a uno de los bandos y de esta manera se convierte en un participante directo del conflicto lo que no puede sino irritar a otras partes implicadas”, dijo Logoglu.
Según el diputado, la política del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) en Oriente Próximo se basa en el factor confesional. “Apoya a los suníes por todas partes, lo que deja perplejos a varios países de la región”, señaló.
Logoglu opina que “la política equivocada del PJD hace que los países de la región teman que pretenda restaurar el Imperio otomano”.
Advirtió de que el PJD continúa con su política, “Turquía se transformará completamente en un país típico de Oriente Próximo”.
“Dejará de ser un modelo a seguir. Dejará de ser un país capaz de contribuir a las negociaciones árabe-israelíes. Tenemos unas relaciones deterioradas con Israel y ya no podemos ni aspirar a jugar un papel más o menos importante en el diálogo”, indicó el parlamentario en declaraciones a esta agencia.
