La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) desmintió que su secretario general, Lamberto Zannier, viajará esta noche a la capital de Ucrania, Kiev, para abarcar la situación de la misión de observadores militares de esta organización retenidos por las milicias locales de la ciudad de Slaviansk, en el este del país.
El ministro de Exteriores de Ucrania en funciones, Andréi Deshitsa, esciribó esta tarde en Twitter que Zannier llega a Kiev por la dificil situación con la liberación de los observadores.
"El secretario general no va a Kiev", dijo a Nóvosti la portavoz de la OSCE, Cathie Burton.
Ocho observadores militares de la OSCE permanecen retenidos en Slaviansk desde el viernes pasado cuando los milicianos locales bloquearon su autobús en uno de los puestos de control. Venían acomañados por unos militares ucranianos.
Las negociaciones entre una delegación de la OSCE y el «alcalde popular» de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov, sobre las condiciones de la liberación de los observadores comenazron esta tarde a puerta cerrada, según informó el dirigente local a los periodistas.
Poco antes, el jefe de la misión militar de la OSCE coronel Axel Schneider aclaró, que entre los detenidos se encuentran tres oficiales del Ejército alemán, un militar polaco, uno de Suecia, uno de la República Checa, un militar danés y un traductor civil de Alemania.
Tanto Moscú como Occidente ha llamado repetidamente a las «autoridades populares de Slaviansk» a liberar a los detenidos de manera inmediata.
Sin embargo, según Schneider, los observadores no saben cuándo sus anfitriones les dejarían volver a casa.
«No sabemos cuáles son las condiciones de nuestra liberación. Esto lo tienen que negociar los diplomaticos de nuestros respectivos países en colaboración con el alcalde Ponomariov», dijo.
Las milicias de Slaviansk declararon anteriormente que consideran a los observadores militares de la OSCE «espías de la OTAN» y quieren canjearlos por los suyos, incluido el «gobernador popular» de Donetsk, Pável Gúbarev.
Schneider rechazó las acusaciones del espionaje y afirmó que los obsevadores actuaban de acuerdo con los tratados internacionales y no llevaban armas.
