Más de 9.000 armas de fuego desaparecieron a finales de febrero pasado tras ataques de radicales a comisarías y unidades del Ministerio del Interior de Ucrania en Lvov, comunicó una fuente de este departamento.
“Fueron robadas más de 5.000 fusiles Kalashnikov, 2.741 pistolas Makarov, 123 ametralladoras ligeras, 12 lanzallamas Shmel, 1.500 granadas F-1 y gran cantidad de municiones”, precisó la fuente que cita un informe presentado al ministro en funciones del Interior, Arsén Avákov.
La cifra es casi cuatro veces superior a la mencionada hace unos días.
El experto ruso Ruslán Pújov, director del Centro de análisis de estrategias y tecnologías, opina que “una parte considerable de estas armas se enviará a Rumanía, Albania, Transnistria y los Balcanes”, habida cuenta de que las fronteras de Ucrania con Rusia están bien vigiladas.