Los disturbios que estallaron en el centro de Kiev tras dos meses de manifestaciones pacíficas demuestran que las protestas se están radicalizando, destaca hoy el diario ruso Kommersant.
La última oportunidad de preservar la democracia y la paz civil en Ucrania, según el periódico, es que el Gobierno y la oposición se sienten a negociar y hagan importantes concesiones recíprocas.
Activistas de grupos ultranacionalistas integrados en la alianza Pravi Sektor desobedecieron el pasado domingo a los líderes de la oposición y se enfrentaron a las fuerzas del orden, para impedir “la instauración de una dictadura”.
Descartaron cualquier fórmula de compromiso con el régimen y llamaron a “una revolución nacional” al dar por agotadas las protestas pacíficas con la adopción de una serie de leyes, en vigor desde hoy, que restringen los derechos y las libertades ciudadanas en Ucrania.
“La situación raya en un conflicto civil, se requiere una intervención urgente. Habrá procesos irreversibles a menos que los problemas se resuelvan ya”, opina el dirigente del partido Udar, Vitali Klitschko, el único líder de la oposición que hizo un intento por frenar los choques callejeros en Kiev y más tarde se reunió por iniciativa propia con el presidente Víctor Yanukóvich.
Klitschko está convencido de que la solución pasa por la convocatoria anticipada de elecciones legislativas y presidenciales e insiste en que Yanukóvich se siente a negociar con la oposición.
El diálogo entre el Gobierno y la oposición moderada es una última oportunidad para impedir la confrontación en Ucrania pero, de momento, ninguna de las partes parece dispuesta a hacer concesiones serias, señala Kommersant.
La oposición exige que la crisis se resuelva en las urnas mientras que Yanukóvich rechaza la idea de adelantar el relevo del poder y encima recrudece las leyes en un intento de mitigar las protestas.
La víspera, el presidente destituyó al jefe de su Administración, Serguéi Levochkin, quien recomendaba no apresurarse con normativas drásticas y esperar a que las manifestaciones en la Plaza de la Independencia en Kiev amainaran por sí solas.
