La elección de Rusia como miembro del nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU generó malestar y críticas entre activistas internacionales. Moscú, por su parte, promete trabajar con fervor para luchar contra el racismo y apoyar los “valores tradicionales”, escribe hoy el diario Kommersant.
Tras la votación secreta en la Asamblea General, Rusia se congratuló por el resultado. “176 votos es un buen resultado”, escribió en su Twitter el viceministro ruso de Exteriores, Guennadi Gatilov.
El Consejo lo conforman 47 Estados, elegidos por un periodo de tres años. En esta ocasión, para 14 plazas vacantes había 16 países candidatos, pero Jordania y Sudán del Sur no lograron hacerse con los apoyos suficientes.
Aparte de Rusia, ingresaron en el organismo países como China, Cuba, Vietnam, Arabia Saudí, Argelia, Namibia y Sudáfrica.
Para la ONG U.N. Watch, la elección de nuevos miembros supone un “día negro para los derechos humanos”.
Según la organización, la ONU demostró que hoy en día la política está por encima de los derechos esenciales.
Activistas de Human Rights Watch recuerdan que desde 1998 Rusia ignoró 15 solicitudes de organismos de la ONU sobre la investigación de posibles violaciones de derechos humanos en el país, mientras que en la lista anual de la libertad de los medios de comunicación Rusia ocupa el puesto 176 de los 196 posibles.
Al mismo tiempo, no es la primera vez que Rusia ingresa en el Consejo de Derechos Humanos, creado en 2006. El país llegó a formar parte del organismo en otras dos ocasiones.
Mientras los activistas critican los nuevos nombramientos, Rusia, a través de su representante en la ONU Vitali Churkin, promete centrar su labor en el CDH en la lucha contra el racismo y la xenofobia y la defensa de los “valores tradicionales”.
