Vladímir Putin y Barack Obama hablaron hoy del conflicto de Siria en los márgenes de la cumbre del G20, en San Petersburgo, pero no pudieron zanjar sus discrepancias al respecto, comunicó hoy el asesor del presidente ruso para asuntos internacionales, Yuri Ushakov.
El funcionario precisó en una rueda de prensa que no fue un breve intercambio de pie sino que ambos líderes conversaron “sentados en butacas, durante unos 20 minutos”.
A la pregunta de si todavía hay discrepancias entre EEUU y Rusia acerca de Siria, el representante del Kremlin dijo: “Sí, se mantienen”.
Las partes, según él, quedaron en “continuar los contactos, ante todo por canales diplomáticos, y en particular sobre una serie de cuestiones relacionadas con Siria”.
El propio Putin calificó de “constructiva” su conversación con Obama pero reconoció que ninguno de los dos cambió de opinión.
EEUU y sus aliados planean lanzar contra Siria una operación militar en respuesta al ataque químico del 21 de agosto cerca de Bagdad que, según la inteligencia estadounidense, causó más de 1.400 muertos y del que Washington acusa al régimen de Bashar Asad.
Rusia insiste en que las conclusiones de expertos sobre el uso de armas químicas en Siria sean presentadas al Consejo de Seguridad de la ONU, el único organismo capaz de autorizar el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Putin mencionó hoy, en una rueda de prensa celebrada al término de la cumbre del G20, que a la intervención militar en Siria “se oponen categóricamente Rusia, China, India, Indonesia que es el país musulmán más poblado del mundo, Argentina, Brasil, Sudáfrica e Italia”. También recordó que esta opción provoca el rechazo del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y del papa Francisco.
En favor del ataque a Siria están EEUU, Turquía, Canadá, Arabia Saudí y Francia.
