La producción de la “bebida nacional rusa”, el vodka, cayó el 28,3%, más de lo esperado, en el primer semestre de 2013, informó el Servicio Federal de Estadísticas de Rusia (Rosstat).
El director de la empresa Organic Vodka Group, Serguéi Kleschukov, atribuye la caída a la “ilegalización” de una parte del mercado. “La caída se observa sobre todo en el segmento económico, con el precio de 170 a 200 rublos (de 5,2 a 6,2 dólares). Los demás segmentos siguen estables y el segmento de lujo incluso va al alza”, dijo.
Al mismo tiempo, indicó que no se observan cambios sustanciales en cuanto al consumo del vodka en Rusia.
El experto en el mercado de alcohol, Vadim Drobiz, señaló que “el Estado resultó incapaz de contrarrestar las ventas de producción ilegal en el segmento minorista legal lo que se traduce en el crecimiento del mercado ilegal” del alcohol en Rusia.
Rusia elevó el precio mínimo del vodka hasta 170 rublos paralelamente con el aumento del impuesto sobre el alcohol etílico en 2013. Según los pronósticos, tanto el impuesto sobre el alcohol como su precio mínimo al por menor seguirán en aumento en los próximos años.
El aumento del impuesto se enmarca en la campaña por reducir el consumo de alcohol que, según algunas estimaciones, causa la muerte de medio millón de rusos al año.
Dos millones de rusos, de acuerdo a fuentes médicas, son adictos al alcohol y unos 30 millones lo ingieren en cantidades excesivas.
Rusia ocupa el cuarto lugar, después de Moldavia, República Checa y Hungría, en la lista de los 10 países con el mayor consumo de alcohol elaborada en 2011 por la Organización Mundial de Salud, con unos 15,8 litros anuales de alcohol puro por cada habitante mayor de 15 años.
