El servicio secreto británico MI6 planeó una serie de actos subversivos en la Unión Soviética a finales de la década de 1940 pero el Gobierno se opuso por temor a las consecuencias que pudieran tener los métodos extremistas, según se desprende de documentos desclasificados este jueves por el Archivo Nacional del Reino Unido.
En 1947, la cúpula militar británica encargó al entonces jefe del MI6, general Stewart Menzies, un amplio plan para contrarrestar la creciente amenaza soviética. Y en enero de 1948, Menzies presentó un documento que, según la prensa británica, sugería en particular el uso de explosivos contra trenes militares, incendios aparentemente accidentales, secuestros de altos cargos comunistas que se harían pasar por deserciones y hasta liquidación de ciertos individuos.
El programa estipulaba también “actos menores de sabotaje e intimidación”, como hacer circular tarjetas de racionamiento, monedas y pases falsos, ridiculizar a personalidades y entidades soviéticas o desprestigiar a diplomáticos y funcionarios mediante llamadas indiscretas y evidencias fabricadas para provocar su destitución y posible eliminación.
El diario The Guardian escribe que el entonces jefe del Foreign Office, Ernest Bevin, y el primer ministro, Clement Attlee, acogieron con aprensión el plan.
“Tengo fuertes objeciones a ello. Damos rienda suelta a fuerzas difíciles de controlar”, comentó Bevin en respuesta a un memo del MI6.
