El papa Francisco pidió hoy la liberación de los dos obispos ortodoxos secuestrados en Siria y volvió a llamar por la paz en el país árabe sumido desde hace dos años en un conflicto armado.
Ante los casi 100.000 asistentes a la tradicional audiencia pública de los miércoles, el pontífice abogó por una solución política a la crisis siria e instó a prestar ayuda humanitaria a la población civil del país.
El obispo de Roma señaló que sigue rezando por los dos sacerdotes secuestrados, sobre cuya suerte existen informaciones contradictorias. Su captura, dijo, es una “nueva señal de la trágica situación que vive la querida nación siria, donde la violencia y las armas continúan sembrando muerte y sufrimientos”.
El superior de una diócesis de la Iglesia Ortodoxa Siria, Yohanna Ibrahim, y el obispo de la Iglesia Ortodoxa Griega, Paul Yazigi, fueron secuestrados por un grupo de rebeldes sirios la noche del pasado lunes en la provincia de Alepo. Los prelados realizaban una misión de asistencia humanitaria en un poblado cerca de la frontera con Turquía.
La víspera se comunicó que los dos obispos fueron liberados, aunque posteriormente estas informaciones no se confirmaron.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas del Gobierno, apoyado por Irán, Rusia y China, y la oposición, financiada y armada por países occidentales y monarquías del Golfo Pérsico. Según la ONU, el conflicto ya ha causado más de 70.000 muertos y ha obligado a abandonar sus hogares a tres millones de personas.
